Parque Nacional Natural Los Katíos: 50 años de conservación y biodiversidad, pronto estará nuevamente abierto al público
- El Parque Nacional Natural Los Katíos fue declarado en 1973, cuenta con una extensión territorial de 52,000 hectáreas al noroccidente de Colombia entre los municipios de Riosucio y Unguía en el departamento del Chocó, y Turbo en el departamento de Antioquia.
- El parque obtuvo el prestigioso reconocimiento de «Patrimonio Mundial Natural» de la UNESCO en 1994 debido a su valor universal y excepcional. Este reconocimiento resalta la capacidad del parque para proveer hábitats naturales fundamentales para la conservación de la diversidad biológica.
- Los objetivos de conservación del parque incluyen la protección de ecosistemas y especies como el bosque denso alto de tierra firme, el jaguar, el choiba y otros. Además, busca conservar elementos culturales y ancestrales de las comunidades étnicas relacionadas con el área protegida.
Bogotá D.C, 10 de septiembre de 2023. Hace 50 años, en la puerta natural que conecta Suramérica con el centro del continente, fue declarado el Parque Nacional Natural Los Katíos, ubicado en la inmensidad del Chocó biogeográfico, uno de los sitios más biodiversos del planeta que permite que la flora y fauna fluyan en ambas direcciones bajo un entorno de protección.
El Parque Nacional Natural Los Katíos es reconocido por su capacidad de proveer hábitats naturales fundamentales para la conservación in situ de diversidad biológica, permitiendo la evolución de ecosistemas terrestres y acuáticos, y garantizando la protección de especies amenazadas como el jaguar (Panthera onca).
Actualmente esta área protegida, junto con un equipo consultor y las comunidades de la zona de influencia, vienen desarrollando el Plan de Ordenamiento Ecoturístico, un documento que da lineamientos para la planificación y gestión del turismo de naturaleza en el área protegida que lleva 27 años cerrada al público y espera reabrir pronto las puertas a los visitantes.
Durante el 2023, las comunidades de Tumaradó, Puente América, Bocas del Atrato, Juin Phubuur, Arquía y la agencia de viajes comunitaria Hidrotour han participado activamente de la construcción de este plan a través de talleres de diseño de experiencias, marco interpretativo, plan de obras y salidas de campo relacionadas con el cálculo de capacidad de carga.
Así mismo, el equipo del área protegida ha venido adelantando acercamientos, contextualización y capacitación a sus guardaparques, como también, con las comunidades, permitiendo explorar en los saberes diversos a cerca de los diferentes atractivos ecoturísticos, los senderos, la reglamentación, el afianzamiento del vocabulario relacionado con el turismo, la motivación y el levantamiento de necesidades de las comunidades y el área protegida. De esta manera, se avanza de manera coordinada para realizar Plan de Ordenamiento Ecoturístico, estableciendo una ruta clara que traiga desarrollo sostenible a la región.
Una vez se apruebe el documento de planificación, el cual se ha revisado exhaustivamente por el equipo del parque, y cuando el área protegida, el personal y las comunidades estén preparadas, se hará la apertura al público. Actualmente, el equipo del parque está en búsqueda de entidades públicas y privadas cooperantes que quieran apoyar el fortalecimiento de las capacidades técnicas, asociativas, comunitarias y de infraestructura para desarrollar la actividad.
Cabe recordar que el ecoturismo es una estrategia de conservación donde las comunidades afro e indígenas que viven en la zona pueden prestar sus servicios como intérpretes ambientales, servicios de alimentación, alojamiento en los ecohoteles comunitarios, artesanías y, sobre todo, resaltar sus prácticas tradicionales y su papel en la conservación de los recursos naturales.
Este ordenamiento se hace necesario, teniendo en cuenta que el parque tiene una especial concentración de biodiversidad y sitios con alta belleza escénica como el Salto El Tendal, con una cascada de aproximadamente 30 metros, donde se puede hacer avistamiento de aves, mamíferos y reptiles; el Mirador de la Popa, desde donde se pueden observar los planos inundables del Río Atrato y los sitios más altos de la Serranía del Darién, incluso, en días despejados, hasta el Golfo de Urabá. También está el sendero acuático de las Ciénagas de Tumaradó, donde se pueden avistar aves y mamíferos como el mono aullador rojo (Alouatta seniculus), el perezoso (Bradypus variegatus), el capuchino (Cebus capucinus), entre otros, hacer pesca vivencial y, sobre todo, contemplar y disfrutar de la calma y belleza que ofrece este humedal.
Esta noticia se da en el marco de la conmemoración de sus 50 años de existencia, en los que ha demostrado ser un invaluable tesoro para la humanidad. Su gestión ejemplar, a lo largo de estas cinco décadas, ha permitido preservar ecosistemas únicos, proteger especies amenazadas como el jaguar y mantener la integridad de una región de intercambio natural de biodiversidad entre las Américas. Este logro es un testimonio de la capacidad de la humanidad para salvaguardar y cuidar un rincón inestimable de nuestro patrimonio natural, una responsabilidad que debe seguir siendo prioridad en los años venideros.